Miércoles 18 de Abril 2007, Civitavecchia, Roma

Llegamos a Civitavecchia muy tempranito a las 7 de la mañana. Luego del ritual habitual, ducha, desayuno, cogimos el shuttle, esta vez gratuito como está mandado, hasta la salida del puerto, el shuttle hacía el recorrido barco/salida del puerto y viceversa todo el día, cada 20 minutos aproximadamente. Desde la parada del bus hasta la estación de tren una caminata de aproximadamente 15 minutos. Sacamos billetes de ida y vuelta (andata e ritorno) €9 por persona, lo validamos en una de las máquinas amarillas, eran las 10:30 h cogimos el tren, no recuerdo si en el andén (binario) 7 hasta Ostiense, allí, luego de mucho esperar, cogimos el autobús nº 60 (nos arrepentimos de no haber cogido el metro que es más rápido) hasta el Capitolio. Esta plaza fue diseñada por Miguel Angel (1534-1549), el dibujo geométrico del pavimento es hermoso como así también la fechada de los edificios, allí colocó M.Angel sobre un nuevo pedestal la estatua ecuestre de Marco Aurelio, la única de las innumerables estatuas ecuestres en bronce que una vez adornaron Roma que ha sobrevivido y cuya réplica podemos admirar.

Este Capitolio se rediseñó cuando el emperador Carlos V anunció su visita a Roma en 1536, entonces el Papa Pablo III pidió a Miguel Angel que arreglara esta plaza y éste renovó las fachadas de los palacios y construyó una nueva escalinata, la Cordonata, que es verdaderamente digna de ver, como siempre que venimos a Roma hay muchísimos turistas por todos lados.

Visitamos el Foro imperial y el Arco de Tito. De ahí andando hasta el Panteón que es un templo dedicado a todos los dioses y el monumento romano mejor conservado de estilo clásico que existe en la ciudad, fue destruido por un incendio, la construcción actual se remonta al 117-125 d.c. bajo Adriano. Cuando estás dentro puedes apreciar toda su belleza: la enorme cúpula hemisférica, la luz que sólo entra por la claraboya central. Alberga numerosas tumbas: desde el monumento a Rafael hasta los enormes sarcófagos de mármol de los monarcas italianos.

Seguimos hasta la Piazza Navona, donde está la famosa Fontana del Moro, no pude evitar comprarme una gafas de sol “de marca” a €12…a unos vendedores ambulantes. Me encanta esta plaza, creo que es la plaza barroca más bella de Roma, está adornada por tres fuentes de las cuales la más hermosa es la del centro, obra de Bernini, con cuatro estatuas que representan el Danubio, el Ganges, el Nilo y el Río de la Plata.

De allí hasta la columna de Trajano, con un fuste de 30 metros y que muestra, dispuestas en espiral, escenas de las campañas, comenzando por los romanos preparándose para la guerra y terminando con la expulsión de los dacios (esto lo sabía yo de mis estudios de historia, no es que me dedicara a ver con lupa los relieves…!)

Nos paramos a comer pizza (€12 un kilo) y luego unos helados riquísimos €2,50 cada uno que habíamos visto antes de comer en una de las innumerables heladerías que daba gloria verlos, sobre todo a una golosona como yo.

Por supuesto antes de marcharnos de Roma pasamos por la Fontana di Trevi para tirar las monedas pertinentes, todas las veces que hemos venido a Roma y nos hemos acercado a la Fontana (y son muchas veces) había una gran cantidad de público pero esta vez era algo inenarrable, luego de arrojar las monedas, fuimos a coger el autobús y luego el tren en Ostiense ¡a la carrera! Llegamos a la estación, caminamos hasta coger el shuttle y de allí al barco.

Luego de la merienda trivial y cha-cha-cha.

Hoy para la cena vestimenta informal. Espectáculo: “Elements show” (los cuatro elementos) con el dúo Dynamic, los cantantes Yolanda Jane y Alvaro Puertas junto al ballet del GV. Cuando terminó los animadores con la “Quiniela del Baile” con los éxitos de toda la vida. Nos quedamos luego bailando hasta tarde.